El verano ha llegado a su fin y en este post os contamos la vivencia de poner en marcha un huerto municipal ecológico. La experiencia ha estado cargada de aventuras, comenzamos deprisa y corriendo en mayo cuando nos lo concedieron, acondicionando la tierra, colocando el riego y plantando las primeras plantitas. Apremiaba plantar porque nos íbamos de fecha para las Solenáceas (tomate, pimiento y berenjena).
Al colocar el riego y hacer los surcos nos surgieron problemas de falta de agua o inundación, no hubo términos medios hasta que cogimos soltura. Para todo hay un comienzo.
El sustrato en Arroyomolinos es muy arcilloso y se compacta con una dureza de roca, remover la tierra se convirtió en una tarea difícil por lo que las cebollas se quedaron pequeñitas, pero sabrosas y eso sí, capaces de hacer llorar a una hiena.
Conseguimos sacar adelante la mayoría de las plantas melíferas (romero, tomillo y mejorana), que nos cedió el Parque Regional y tuvimos a nuestras abejas y demás polinizadores visitando nuestras flores.
Los conejos se colaron varias veces y hubo que sacarlos. Uno de ellos se puso tan gordo que luego no cabía por el agujero por el que entró y tuvimos que indicarle la salida para que volviese de nuevo al campo.
Un día una mamá ratón hizo su nido en una esquina del huerto y al remover hierbas encontramos a sus bebés. En el huerto hay búhos de noche y culebras de día, así que van a tener que ser muy listos para sobrevivir. De hecho los autillos vinieron a cantar a nuestro huerto todos los anocheceres del verano y vimos también algún lagarto ocelado y alguna culebra de escalera. Recordad, Arroyomolinos pertenece a un Parque Regional.
Organizarnos en agosto que hace falta vigilar mucho el riego, fue algo complicado y por el exceso de calor tuvimos una plaga de araña roja, pero pronto la controlamos y volvimos a acondicionar el huerto.
Las hortalizas, frutos y verduras que hemos recogido tienen un sabor inigualable y la experiencia ha sido increíble, ¡qué paz te da el huerto!
Ahora mismo nos encontramos trabajando en el huerto de otoño, hemos plantado escarola, lechuga, cebolla, acelga, lombarda, brócoli, coliflor, etc. y tenemos ya los semilleros de las habas, las zanahorias y las remolachas.
¡Gracias a la Concejalía de Medio Ambiente por esta oportunidad! Este huerto estaba sin ocupar y ahora va a participar activamente en la educación ambiental de quienes quieran acercarse a visitarlo.
Si quieres compartir esta experiencia con nosotros apúntate, nos hacen falta manos.